Los ataques de Trump hacia las mujeres crean resistencia: Creando la lucha para la liberación de las mujeres y el socialismo

Por  Ana Santoyo

Donald Trump siempre ha sido un vil misógino. Eso fue evidente durante el ciclo de elecciones. Lo escuchamos deshumanizar y denigrar a las mujeres y después voltearse y decir que nadie respeta a las mujeres más que el.

Sus ataques hacia las mujeres no solo son misoginia personal sino que forman parte de la agenda de Trump. El sistema está caracterizado  por misoginia institucional. La administración actual se ha unido con los políticos capitalistas de la derecha los cuales quieren eviscerar todos los derechos que se ganaron durante la lucha para los derechos de las mujeres.

Los derechos reproductivos están bajo ataque en varios lugares-desde los anticonceptivos hasta el cierre de clínicas. Los pobre, las mujeres de la clase obrera y las mujeres de color son las más afectadas por estas pérdidas. Después de una década donde trataron de eliminar los derechos reproductivos en los estados, ahora los políticos de la derecha se sientan en posiciones de poder dentro del Congreso y la Casa Blanca donde pueden expandir su guerra contra las mujeres.

En su primer dia, Trump, rodeado de su grupito de hombres blancos, firmó una orden para remover apoyo financiero estadounidense  a las organizaciones internacionales que apoyan el aborto.

Las personas transgénero, incluyendo las mujeres trans, fueron blanco de las órdenes ejecutivas de Trump. Congresistas Republicanos y la administración de Trump ahora planean promulgar un proyecto de ley sobre el seguro médico cual eliminaría cuidados médicos básicos y necesarios para las mujeres de los requisitos del seguro.

Planned Parenthood ha sido blanco de ataques de las fuerzas de derecha por mucho tiempo. Ahora buscan eliminar todo financiamiento federal para Planned Parenthood. Este ataque viene principalmente en la forma de de un paquete antiaborto y anti-pro elección, pero las ramificaciones para la salud de la mujer van más allá de la falta de acceso al cuidado preventivo sino que afectan el acceso a exámenes de ETS, anticonceptivos, y terapia de reemplazamiento hormonal. Muchas personas a través del país benefician de los servicios de Planned Parenthood.

La resistencia hacia la agenda de Trump, en todas sus manifestaciones, es fuerte y fue inmediata. En los primero dos días de su presidencia, millones de personas se echaron a las calles para rechazar la agenda sexista, racista, intolerante y en contra de trabajadores. Las marchas de mujeres el sábado 21 de enero, aunque con un liderazgo político débil, fueron una gigantesca muestra del apoyo hacia los derechos de las mujeres y del desafío hacia la agenda de Trump. Para muchas personas, ese fin de semana marcó su primera vez en las calles.

La administración de Trump descaradamente ha escogido atacar a las mujeres, las personas LGBTI, los musulmanes, inmigrantes, trabajadores y el planeta. Nuestra organización, nuestra unidad, y nuestra defensa del uno a otro será nuestra arma para combatir los ataques a todos los sectores oprimidos de la sociedad.  

Cuando vemos todo lo que han ganado las mujeres, incluyendo el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos, la educación pública, el divorcio y más, notamos que estos derechos fueron ganados en lucha. Lo que conduce a la victoria y crea cambios, son  las personas echándose a las calles en demanda de sus derechos.

La movilización en las calles es esencial. Se ha vuelto abundantemente claro que la lucha para la liberación de las mujeres y de todo el pueblo requerirá un movimiento masivo capaz de tomar una postura política y militante para pelear por todos nuestros derechos.

Es la lucha que ayudará a que nuestra clase obtenga experiencia en los meses y años que vienes. Sera la lucha que ayudara a que crezca el conocimiento de las masas y a que venzamos nuestros opresores que tratan de quitarnos los derechos que hemos ganados. Las conexiones entre todas nuestras luchas se harán. Durante el periodo próximo, los ataques aumentaran, y será nuestra militancia y capacidad de organización que nos ayudará a sostener lo que hemos ganado y a ganar en el futuro.

¿Pero por qué estamos peleando? ¿Acaso estamos solo peleando por un nuevo caso Roe v Wade para que los capitalistas comienzan a tratar de quitarnos lo?

Las mujeres  padecen explotación y opresión a causa del sistema en que vivimos: el capitalismo. Este sistema no reconoce que el cuidado reproductivo, la vivienda, el seguro médico, y la educación son derechos fundamentales. Los únicos derechos fundamentales garantizados por este sistema son los que crean más bienes para los capitalistas.

Estamos luchando por un sistema totalmente diferente: el socialismo. El socialismo garantiza derechos humanos básicos fundamentales  porque el motivo financiero que define al sistema capitalista ya no es un factor en el determinar las prioridades de la sociedad. Con la clase obrera en poder, la sociedad funciona en el interés del pueblo y no en el dea una pequeña elite.   

El socialismo pone la base para poder combatir la opresión de las mujeres y así destruir las estructuras patriarcales que perpetúan la opresión por género. En vez de institucionalizar la santidad del crear ganancias, de la explotación y la opresión como lo hace el capitalismo, una sociedad socialista puede movilizar a las masas  para que confronten y derroten las huellas de la opresión en base a género, nacionalidad, y orientación sexual. Leyes que pueden promulgarse para quebrar las paredes de opresión y construir solidaridad entre la gente. Leyes que pueden promulgarse para directamente atacar los resultado materiales de la opresión.

Esto no es posible bajo el capitalismo. La clase en poder se beneficia de la hiper explotación de los trabajadores oprimidos y la división de la clase obrera. Sus representantes políticos solo aprueban leyes progresivas bajo la amenaza de una revuelta. Para poder ganar una liberación verdadera, necesitamos una sociedad nueva, una que esté en manos del pueblo. Necesitamos el socialismo.